jueves, 5 de septiembre de 2013

La niña flaca


Siempre fue una niña flaca con pelo rubio y ojos azules (con matices verdes si el día salía nublado).
Siempre fue una niña flaca que viendo cine en blanco y negro soñaba ser seducida por una mente, enamorarse de unas manos, de un corazón apasionado.  Encontrar todo eso en una misma persona, en un niño que deseara tocar y amar a una niña flaca como ella.

Pasaban los años, y en su camino de vida se cruzó con niños que tenían una cosa u otra, pero  jamás unas manos que la enamoraron. Fue feliz a ratos, algunos mucho, incluso unos muchísimo, como todo ser humano.

La niña flaca de pelo rubio sufría de empatía con el dolor ajeno. Cuando era feliz siempre recordaba el sufrimiento de otros pero sin dejar de disfrutar al máximo aquellos momentos plenos de alegría que se le presentaban. Y mientras tanto, jamás perdió la esperanza de encontrar a un niño dispuesto a tocarla con sus manos, y que esas manos fueran las manos de las que la niña flaca y rubia se pudiera enamorar.

La niña flaca dejó de ser rubia para convertirse en niña flaca con pelo rojo y aroma de higuera. La niña flaca creyó, amó. A la niña flaca con olor a higuera y un piercing en la nariz, un camuflado fantasma le hizo la zancadilla un invierno de los tres que vivió sin descanso; y la niña de pelo rojo e inocencia intacta cayó al suelo. La niña flaca con un piercing en la nariz y aroma de higuera se levantó y sacudió el polvo de su falda dispuesta a mirar al frente una vez más.

Un domingo inesperado de una bruma aburrida, la niña flaca que antes fue rubia y ahora ya no, se encontró un flechazo de un oro radiante lanzado por un niño guapo desde un país lejano de musgo y lava.

Otro día, la niña flaca, atraída por unas palabras escritas en un monitor por ese niño de ojos azules, miró con curiosidad sus fotos, observó el rostro del niño, su perfil perfecto, su labio inferior, y observó sus manos,… ¡Por fin las encontró!, y fue muy curioso porque en ese momento la niña flaca con el pelo rojo y algunos miedos no buscaba nada, pero ahí estaban esas manos. Repasó una por una todas aquellas imágenes del niño con manos creativas, manos perfectas por las que dejarse tocar. Quiso cerciorarse a toda costa que no era una ilusión presa del deseo que albergaba en su corazón desde hacía mil años, porque fue verlas, que junto a las palabras del niño de ojos azules,  surgió el amor entre las manos y la niña flaca de pelo rojo con olor a higuera y algún miedo.

El niño de ojos azules y manos hechas para acariciar mandaba canciones,  hablaba a la niña flaca  mostrando ser un gran contador de historias; y a la niña flaca de pelo rojo le fascinó su entrega y la pasión que aquel niño ponía en las cosas que le contaba (“estas cosas solo me gustan, para lo demás lo doy todo”—decía él).
…Y, he aquí, que la segunda parte del sueño de la niña flaca de ojos azules con matices verdes se cumplió: la mente del niño de ojos azules y manos hechas para acariciar sedujo totalmente a la niña flaca que olía a higuera. Todo esto ocurrió sin que ninguno de los dos se hubiera mirado a los ojos una sola vez (y eso que ella lo deseaba profundamente desde que vio sus manos y él dirigió un flexo a su rostro para responder un cuestionario tipo).
Así  ocurrió que un día se miraron, se hablaron, se escucharon,… Y otra noche se miraron más, rieron juntos y se besaron bajo el destello de unas luces verde boreal que brillaban en la oscuridad. Todo eso estremeció a la niña de pelo rojo con olor a higuera que besaba con los ojos cerrados, porque esa noche la niña flaca con miedos y aroma de higuera voló. 

20 comentarios:

  1. Uff....bravo.

    ResponderEliminar
  2. Excelente...(sin más) excelente...
    Ripa

    ResponderEliminar
  3. Intenso, sublime y emocionante.
    Imagino el dolor al vaciarte. Gracias por escribir y gracias por dejarnos entrar en tu mundo.
    Te quiero mi niña flaca de ojos azules con matices verdes si el día es nublado y que huele a higuera

    ResponderEliminar
  4. Me ha gustado bravo, excelente relato.

    ResponderEliminar
  5. Miles de palabras en cientos de páginas vacías escritas por autores de renombre no han conseguido hacerme sentir lo que tú has logrado con estas letras.
    Emocionado, identificado y, sobre todo, agradecido por haberlo compartido.
    Enhorabuena y gracias. Besicos.
    TIG

    ResponderEliminar
  6. La que se está emocionando mucho soy yo al leer vuestros comentarios. Deciros que lo he escrito feliz porque no hay nada mejor que tener sentimientos profundos... Y no sólo por el diazepan, es que la niña flaca ya no tiene miedo y le encanta oler a higuera.

    ResponderEliminar
  7. Precioso!!!!!!!!!!
    Emocionante a tope, preciosa niña flaca con olor a higuera (me ha encantado lo del olor a higuera)
    Besos

    ResponderEliminar
  8. Anónimo6/9/13, 0:55

    Bravo, musetta. Haces especial este blog, de hecho me estoy aficionando a comentar todas las entradas...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Comenta todo lo que desees. Agradezco tus palabras ;)

      Eliminar
    2. Anónimo6/9/13, 9:29

      Tienes una forma de narrar que mezcla perfecto tu sensibilidad con el ritmo propio que necesita lo que cuentas. Controlas la cadencia como lo harías con tu respiración, y tienes la virtud de dejarnos imágenes que no se nos marchan ni después de limpiarlas con horas de sueño. Gracias.

      Eliminar
  9. Precioso, me encanta la figura: "niña flaca que olía a higuera".
    Que sepas que me ha llegado el olor a higos maduros.

    ResponderEliminar
  10. Es mi aroma favorito desde que nací, porque lo hice en una casa de campo en una habitación frente a una higuera, en la cama de mis abuelos.

    ResponderEliminar
  11. Siempre te he dicho que tienes talento. Hoy por fin tienes que darme la razón, tesoro. Bravo cielo!

    ResponderEliminar
  12. Ehh, no dejes de contarnos lo que pasa por la mente de la niña flaca, pero siempre con ese estilo tuyo, porque siempre llega muy adentro. Cuida a la niña y un beso.

    ResponderEliminar
  13. Precioso, íntimo , cercano.Me encanta, sigue volando

    ResponderEliminar
  14. lola reverte3/10/13, 17:26

    Anikaaaaa...que bonito!!!!

    ResponderEliminar
  15. Me has dejado con los ojos a punto de derramar lágrimas, niña flaca, me he resistido porque tus íntimas historias nos enseñan lo mejor de ti, y eso es motivo de alegría. Una alegría contagiosa dentro de una historia llena de sensibilidad.

    ResponderEliminar

Estos son los que no se callan, y me encanta que así sea