Aunque sepa lo que es un fuera de
juego desde siempre y lleve once años disfrutando viendo partidos de fútbol en
soledad, con hermano o con amigos, no sé nada de este juego ni de tácticas ni
de estrategias. Disfruto de los partidos con emoción, me gusta que los
jugadores fluyan por el terreno de juego, que haya ataque, contraataque, que
hagan jugadas magníficas, que se arriesguen, y que desplieguen buen rollo, no pido más a este deporte
encumbrado por la billetera de unos pocos, las marcas y por un populachismo periodístico
cutre que aman a unos y odian a otros. Los colores mandan, se es poco objetivo
con el contrario aunque lo haga bien o muy bien; los comentaristas, algunos de
ellos son lo peor, ni siquiera saben hablar bien, se pierden en frases hechas,
metáforas muy gastadas y tópicos que cansan, y tantas cosas más a las que ni llego ni
quiero. Me aburren mucho.
Pero, tras todo lo que enmierda a
este deporte que es mucho, no deja de haber personas, hombres que desde
pequeños sueñan con ser alguien en este deporte de masas, que hacen virguerías
con sus piernas y una pelota; muchos de ellos se convierten en chulescos
personajes con dinero que gastar a espuertas cuyo cerebro no va más allá que el de hacer
derrapar su coche número 26, regalado, frente a los seguidores a las puertas de
las ciudades deportivas; tampoco vamos a pedirles a todos que estudien una
carrera universitaria, entre otras cosas, porque hoy en día hacerlo no
garantiza siquiera que se escriba o hable correctamente (volvemos a los periodistas
deportivos). Parece que generalizo pero no es así, hablo a grandes rasgos, no
me lo toméis en cuenta, es lo que llega a mí, lo más llamativo, tan solo soy simple espectadora de unos
cuantos partidos por temporada.
Al otro lado de lo más banal hay
hombres con otra clase, más tranquilos, que lo dan todo en el campo, que les apasiona jugar, que
disfrutan y nos hacen disfrutar, aunque no corran como el que más, aunque no
hagan piruetas y malabarismos, muerdan o destrocen al que marcan, o no lleven el número 10 a su espalda. Hablo de futbolistas
que hacen que otros marquen, que unen y saben capitanear, que calman y
guían, que saben lo que es estar en un campo, hacer equipo y darlo todo; hombres
como Andrea Pirlo en quien confían incluso los que nunca jugaron con él.
Hombres Serie A.
Hombres Serie A.
A este hombre no es difícil
quererlo y admirarlo, siempre se ha mostrado un caballero dentro y fuera de las
canchas. Tras momentos bajos en los que dejaron de apostar por él, este delineante
silencioso, como escribió Enric González en
su crónica Historias del Calcio, supo venirse
arriba y ganar trofeos para sus equipos, se convirtió en un hombre que sabe dirigir sobre el césped y que proporciona
honestidad y elegancia a este juego en el que, a veces, se marranea mucho. El
respeto es su bandera.
Pirlo, el de las elegantes y
múltiples asistencias, el que con su aspecto de descuidado muy cuidado nos pirla
a todas, lloraba desconsolado este sábado pasado en la final de la Champions
League 2015 por no conseguir este triunfo en lo que parece será su final de
trayectoria. Y sus lágrimas me conmovieron mucho porque un hombre tranquilo y
grande como él merecía tener un balón de oro y terminar levantando una gran
copa con sus fuertes brazos al final. Yo, que estaba contenta por el triunfo
del equipo del que soy tifosa, me quedé tocada por esa imagen y, en seguida, me vino a la cabeza eso
de "Los hombres de verdad no lloran"… y una reverenda mierda... lloran, nos emocionan y
sonríen a colegas como Xavi, humilde, que le abrazó e intentó consolarlo y acabó sacando
la bella sonrisa del de Brescia. Hombres de bonitos gestos los dos.
Xavi también merecedor de un
final así, (y de un balón de oro que nunca llegó, también). Ambos no podían levantar la
copa, el fútbol es así que decía aquél. Pero la imagen de estos dos juntos
abrazados quedará para la historia del fútbol y de esta final.
Pirlo, el único jugador de la
Juve que aplaudió a los rivales cuando recogieron su trofeo. Sus gestos lo han
definido siempre, por eso me encanta este hombre.
Soy culé pero también soy
pirlista.
Pirlo y Xavi, Xavi y Pirlo: sois
Fútbol, deportividad y disfrute.
GRACIAS POR HACERLO BONITO
SIEMPRE. RESPECT
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Estos son los que no se callan, y me encanta que así sea