domingo, 15 de abril de 2018

Hang the Dj


En el asiento trasero del taxi berlinés que le llevaba a casa luchaba por mantenerse despierto; empresa difícil tras dos días de callejeo, bares, comidas y alcohol, más las dos horas y media sin interrupción, dando salida a los sonidos en 7”, desde el mejor Northern Soul hasta el refrescante boogaloo tropical, que ahora descansaban en su maleta.

Había dormitado levemente en el sofá esquinero de color verde, en aquel camerino cavernoso del garito nocturno, con las voces de los que no tienen fin como fondo arrullador, hasta que decidió huir de allí para cambiar aquello por la cama donde descansar sus huesos.

Ya a salvo de festines interminables, y en el más absoluto silencio, pensó en ella. Su mano izquierda acarició su entrepierna sin darse cuenta y con la misma lentitud con la que a ella le gustaba tocarle al comienzo de sus encuentros furtivos, rozando apenas. Pasó de la ducha y se tumbó en la cama. Le escribió un corto mensaje de texto que, ante su sorpresa, pronto obtuvo respuesta.

Al otro lado del texto, en otra ciudad, ella permanecía tumbada en la cama también. Entre emoticonos de risas ella leyó un par de párrafos de un libro de Salinger, equivocándose a veces. No le supuso esfuerzo leerle con su voz sexy de radio, salvo por lo complicado de pasar página con una mano y mantener apretado el  botón del audio con la otra.

Fueron unas horas divertidas y excitantes. Y tanto fue así que, cuando decidieron cortar la conversación, ella se entregó al placer cerrando los ojos y con el aroma de la camiseta de él sobre la cara, sintiéndolo dentro moverse con lentitud, como la trastoca por completo. Y él, aunque dijo que dormiría un rato, siguió acariciándose con el recuerdo vívido de la lengua de ella entrando y saliendo de su boca, lamiendo despacio, dibujando círculos con su saliva alrededor de su pene cubierto y apetecible.

Eran las diez y media de la mañana de un domingo cualquiera. Los dos se durmieron a la vez.




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Estos son los que no se callan, y me encanta que así sea