No sabía nada de la película
hasta que esta semana vi un cartel en el que se ve a Tom Hardy conduciendo.
Me llamó la
atención su fotografía nocturna muy “Drive”. No he leído nada sobre ella porque
no me interesa saber la valoración de los expertos ya que todo eso de las
críticas y demás me resulta profundamente
relativo y, a veces, hasta cansino. Prefiero ver con mis propios sentidos y
opinar, y ya si eso, leer después. Así que en este día ventoso, aunque tras la
efímera lluvia nocturna ha salido el sol, y dando calor eléctrico a mi jodida
espalda, he decidido que era el momento de ver qué tal es porque mi intuición decía que no me defraudaría.
He visto
de Steven Knight. Sí, ya sé, no
se estrenó anteayer, pero es mi momento para visionarla y el momento es cuando
es. A todo esto, ¿se ha estrenado aquí? Carezco de toda información. Si la has visto, sigue
leyendo si te apetece, si no lo has hecho, que sepas que hay spoilers a mansalva.
Tras unos primeros planos de una
gran obra en construcción bajo las pocas luces en una noche cerrada, un tipo se
quita las botas de seguridad y se sube a un BMW.
Curiosa la matrícula en la que puede leerse ADIO S |
La historia transcurre en tiempo
real y dentro de ese vehículo, con un único personaje de carne y hueso: Ivan
Locke (Tom Hardy), un hombre resfriado y
decidido, en lucha continua con lo correcto. Un hombre que nos muestra todo lo
que es en esos minutos de metraje: constructor manager o jefe de obra, meticuloso, padre y
esposo, hombre responsable e imperfecto.
Me fascina la capacidad de la
gente que tiene un control exhaustivo sobre las cosas que involucran el trabajo de
muchas otras personas, lo que son capaces de hacer para que no haya problemas o, si los hay, solventarlos con rapidez. (Siempre recuerdo a la script de Truffaut en
La nuit americaine).
La historia del hormigón es complicada y los factores para que se vaya todo a la mierda muchos (dejamos fuera los datos técnicos en medidas, bombas y demás porque si no estás metido en el tema constructivo te dicen que es el mayor vertido de hormigón de Europa, y tú vas y te lo crees, sin más).
La historia del hormigón es complicada y los factores para que se vaya todo a la mierda muchos (dejamos fuera los datos técnicos en medidas, bombas y demás porque si no estás metido en el tema constructivo te dicen que es el mayor vertido de hormigón de Europa, y tú vas y te lo crees, sin más).
Ivan Locke es preciso y racional,
sincero al extremo, y capaz de emocionarse escuchando a su hijo comentar una
jugada que acaba en gol. Cometió un desliz en un momento álgido de alegría y no
se lava las manos y lo olvida; no quiere culparse por no estar donde su cabeza
le dice que debe estar. Las charlas por bluetooth se van sucediendo
fascinándome, cómo sin necesidad de mostrar nada fuera de ese coche, se ve todo
tan nítido: imaginas su casa, el hospital maternal, los rostros de sus
interlocutores. Y lo más impresionante, imaginas esas cubas llenas de concreto
C6 llegando a su hora en desfile sin pausa por carretera hasta la gran obra, la
carga revisada por un Donal acojonado pero sobrio, y el vertido de la mezcla con
la ayuda de esos hombres profesionales a los que corriendo en la noche se les
ha ido a contratar. Todo preparado para el éxito, mientras su vida personal se malogra.
En hora y media pasa de tener una vida estable y feliz, a que todo se desmorone, exceptuando el vertido de hormigón a las 5:25 am, y el nacimiento de su culpa.
Un coche en marcha por unas circunvalaciones, una autopista, la lluvia,
las llamadas que van aconteciendo. Voces de personas totalmente visibles sin
necesidad de verlas en plano. La grandeza del minimalismo en un guión soberbio
y una fotografía magnífica de Haris Zambarloukos.
¿Que hay fallos
de continuidad y otras cosas que no se han tenido en cuenta o dejado pasar? Sí, pero el talento interpretativo de Tom Hardy en esa atmósfera claustrofóbica
y de tensión la hacen en su conjunto una película arriesgada e inteligente, excelente
in my opinión, sure!
Una película que
exige mucho a los espectadores. No apta para todos los paladares.
Ivan Locke: Two words I learned tonight. Fuck
Chicago.
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Estos son los que no se callan, y me encanta que así sea