Última hora: Un joven no puede parar de comer
Un hombre entra en un restaurante
asiático de la capital aragonesa la pasada noche del sábado en compañía de un amigo, y pasados dos días, todavía permanece
allí, sentado y comiendo sin que por el momento ni los camareros y cocineros
del local ni las autoridades públicas allí congregadas desde el domingo,
puedan hacer algo al respecto.
La noche del sábado 19 era una
noche de grandes expectativas festivas para Rubén C. de 40 años y Daniel DS. L. de 38. Sobre las 22:15 h se producía el encuentro de los dos amigos en la misma
puerta del restaurante Tao, situado en la calle Camino de las Torres, donde se habían citado. Nada hacía presagiar los desagradables incidentes que
luego se produjeron y que duran hasta hoy.
Daniel DS.L, no da crédito, así
lo afirmó esta mañana, cansado y ojeroso, a nuestros redactores, una de ellas
sentada por casualidad en la mesa contigua a la de estos hombres.
'En realidad no puedo contar gran
cosa. Lo poco que sé, es que dos amigos que conversaban alegremente, se
sentaban en la mesa dispuestos a cenar algo', dijo la periodista que disfrutaba
de su despedida de soltera esa misma noche. 'Al principio me sorprendió que
pidieran vino tinto con la cena, Viñas del Vero, buen vino. Pero viendo todos
los platos que encargaban tenía sentido'.
El camarero que los atendió tuvo
que doblar el turno cuando se vio el percal. 'Tengo la imagen clara de ese
momento en el que supe que me tocaba a mí atender la mesa, los hombres dan más trabajo la verdad, y yo, ya estaba reventado porque la noche anterior había sido de aúpa. No es que tenga
nada en contra de que los hombres entren a cenar, pero es que no paran de
pedir, comer y beber a saco, y eso cansa. En cambio, si es una pareja
manzana-pera, por lo general ellas comen poco y ellos para no quedar mal se
controlan. Así que cuando me los vi me dije, aguanta maño. Jamás habría imaginado lo que ocurrió después. Nunca, en mi larga trayectoria en la restauración, vi
cosa parecida, jodo qué saque'.
'Cuando nos dio la carta teníamos
más o menos claro lo que sí íbamos a pedir', dice Rubén mientras mastica. 'El plato treinta y ocho, el cincuenta y dos, y, por
supuesto, el sesenta y nueve, pero al nombrar el ciento tres, el camarero hizo un
gesto de desagrado que no me gustó nada. Me dijo que no entendía lo que le
decía, pero si yo sólo preguntaba dónde estaba el plato ciento tres, nada más. Daniel
tampoco lo veía en la carta y el hombre actuaba como si yo intentara meterme
donde no me llaman y eso no, hasta ahí podríamos llegar. Soy Ingeniero
Industrial, a mí me van a hablar de números y razonamientos lógicos. Es
evidente que falta ese número en la carta, el porqué es lo que intentaba
averiguar, porque yo necesito respuestas y cuanto más lógicas y razonadas mejor'.
'Lo cierto es que se puso muy
pesado' dice nuestra redactora que se resiste a colaborar. 'Si ya te ha dicho
que no entiende lo que preguntas, mejor dejarlo estar, tienes muchos más platos
que pedir, le dije molesta. Él tan solo me miró de soslayo y no me dijo ni ahí
te pudras'.
Daniel DS. L. nos confirma que lo
del plato desaparecido fue una simple anécdota, no tuvo nada que ver con todo
este lío que se ha montado. 'Fui testigo de cómo hacía una foto de los primeros
platos, y supe que la colgaba en Facebook cuando me llegó la notificación. Vi
con exactitud la frase “Estoy comiendo sushi” junto al emoticono del mismo.
Hasta ahí todo era de lo más normal'.
Horas después, Daniel terminaba
de cenar y quiso pagar la cuenta pero su amigo seguía comiendo como si tal cosa. 'Jodo petaca, maño, me voy al baño y cuando regreso has pedido más comida ¿es que no tienes
fondo, copón?', recuerda que le dijo sin acritud. Y al parecer así fue, es más, su
mano lo escribió en el post tras un comentario de una amiga: 'aquí no tenemos fondo'. (ver imagen)
'No supe que contestarle, la
verdad, sólo sé que algo me obligaba a pedir más y más comida, que mi estómago parecía
no tener fin, y que no sentía plenitud ni pesadez, de hecho sigo sin sentirme
lleno'.
El estado de facebook no ha cambiado desde que lo escribió hace ya dos días, según éste, Rubén C. todavía
sigue comiendo sushi, lo cual es muy cierto. A las 24 horas de colgar las fotos,
una amiga que vive en la capital del Turia, le preguntó por privado cómo es que
todavía estaba comiendo sushi, hecho que alertó a los jóvenes.
Puede que en eso encontremos la
clave de lo que le está ocurriendo a este Ingeniero, que parece no sufrir
con la que le ha caído encima: “desde que me quedé sin batería hace ahora
diecisiete horas, la cierto es que no me preocupa nada de lo que pueda pasar,
nada puedo hacer excepto comer, lo único que me inquieta un poco es no saber
cuándo podré pedir el postre.”
'Sin duda es una situación
incómoda para todos', dice el cocinero de mañanas al salir para efectuar el
cambio. 'Y luego están los que se acercan para fisgonear, porque siempre hay
listillos entre ellos que dan su versión de lo que puede ocurrir y no es nada
agradable escuchar cierto tipo de comentarios mientras cocinas.
'El camarero no hacía más que
sacar y sacar platos y él comiendo sin prisas, y a nosotras que nos den. Hace
dos días que pedimos la cuenta y nada, nos están tratando fatal, estoy muy
enfadada', dice la futura esposa. "La charanga nos esperaba el sábado a eso de
las doce de la noche para seguir la fiesta tras la cena, y aquí estamos, con las
pollas en la cabeza y dos días de ayuno, ni se han dignado a ponernos
un café mientras se soluciona esto'. 'Y ya veremos si llegas a la boda, maja', dice
animando una dama de honor venida desde Madrid.
'Es extraña una situación así en
nuestra ciudad', nos comenta por teléfono un disgustado Alcalde. 'Hemos hecho
un llamamiento oficial por si alguna persona pudiera dar con una solución que
sea favorable a todos los que están involucrados. Tenemos a muchos voluntarios
haciendo guardia frente al perfil de este hombre para que avise si se efectúa
el maldito cambio de estado en algún momento'.
Las consultas a los Community
Manager de la ciudad nos han dejado claro que estos estados suelen variar su
tiempo verbal a las dos o tres horas como mucho, y no encuentran un motivo
claro para que no lo haga éste. “Pero sí una consecuencia, Rubén C. no dejará
de comer sushi hasta que en su estado aparezca «estaba comiendo sushi» esto es
algo que hemos de asumir y que no se soluciona con reiniciar”, ha dicho un
informático que también espera su cuenta.
Mercazaragoza sigue abasteciendo
al restaurante y ya han sido llamados los camareros que iban a trabajar en las
fiestas del Pilar para cubrir los días y noches que dure esta situación, ellos
son de los pocos que están contentos con toda esta historia.
'No sabemos qué riesgos puede
sufrir Rubén C. en su metabolismo, aunque la comida es de calidad, la cantidad
ingerida día tras día, noche tras noche no puede ser buena', comenta un
endocrino voluntario que se acercó al restaurante nada más conocer la noticia. 'Le
he preguntado a Rubén cómo se encuentra y me dice que fenomenal. Lo que sí
hemos hecho ha sido retirarle el vino y procurar que se hidrate entre plato y
plato, que haga respiraciones lentas y sobretodo, que no hable demasiado', esto último parece
que le resultará fácil, pues según informan fuentes allegadas al joven y que obviamente desean permanecer en
el anonimato 'es de no hablar mucho si no te conoce, sólo lo hace en la
intimidad y con quien se encuentra muy a gusto, ahí es donde pierde el control.
Pero para llegar a ese momento le cuesta, le cuesta'.
Al cierre de esta edición las
cosas siguen igual en el Tao, desgraciadamente el señor Zuckerberg ha respondido
vía email que no le molesten con chorradas, que si el estado no cambia es
porque él (refiriéndose al Ingeniero) se lo ha buscado. Y Rubén C. sigue
masticando ajeno a todo comentario malintencionado mientras su amigo Daniel
permanece a su lado y le anima comentando que, al menos, tienen una buena
excusa para no ir a trabajar.
Desde estas páginas hacemos un
llamamiento a toda persona que tenga perfil en esa red social del demonio a que
se abstenga de comunicar a los demás qué está haciendo. 'Por mucho que Facebook
insista, por favor, no actualicéis vuestro estado, de lo contrario las
consecuencias podrían ser muy graves, nos instalaríamos en un caos virtual-real
total, que seríamos incapaces de solventar con nuestros medios', ha dejado bien
claro un acojonado alto mando de la Jefatura de Policía que no tiene ni puta
idea de redes.
Os comunicamos también, que hemos dado de
baja nuestro perfil, así que sólo será posible acceder a nuestro diario digital
por Twitter, donde enlazaremos las noticias más importantes.
Desde esta redacción expresamos nuestro apoyo incondicional a
Rubén C. y a todas las personas que se sienten «secuestradas» en el restaurante, y deseamos con
fervor que la solución llegue antes de que sea demasiado tarde para todos
ellos, en especial para el comensal.
Tú también puedes apoyar utilizando el hastag #TodosSomosRubénC y #ZuckTúPuedesCambiarElEstadoDesdeAllíCopón
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Estos son los que no se callan, y me encanta que así sea