Una vez soñé que una bonita muchacha
de sonrisa imperecedera daba a luz a su tercer hijo. El bebé, con
unos ojos inmensos, enseguida miró todo con curiosidad sin saber
exactamente dónde estaba ni qué era aquello que veía con sus
pupilas todavía difíciles de enfocar. La muchacha bonita y el
muchacho guapo ya tenían dos hijos, niña y niño, ahora la familia
estaba al completo pues el pequeñín ponía el remate excepcional.
Una vez soñé que los dos hijos de la
pareja miraban al recién llegado con expectación y asombro, y se
preguntaban cómo pudieron sus padres viajar a París en tan breve
espacio de tiempo y sin maletas. Este par de dos miraban al nuevo
inquilino de la cuna familiar en silencio e inmóviles, pues les
pareció frágil, y además no hablaba su idioma, un rollo.
Una vez soñé que tras esos primeros
momentos de incertidumbre los dos se decidieron a traspasar los
límites de los adultos y comenzaron a estrujarlo sin piedad, a tocar
sus pies y sus pequeñas manos que él movía por soleá. Más
tarde, clavaron sus dedos en los mofletes rosados de ese niño recién
traído que era todo ojos, el sello de la casa, y éste emitió un
quejío.
Una vez soñé que ese niño era mi
primo hermano y que era parte mía como los otros dos con los que
había jugado. Soñé, que al no estar en la misma ciudad me perdía
muchas cosas, mas un hilo nos unía de una forma universal, un hilo
fuerte y duradero que ni la distancia podría rasgar.
Una vez soñé que ese bebé se hacía
hombre y se convertía en un caballero honesto, cariñoso, un rockero
de los duros, trabajador y solidario, una belleza de persona por
dentro y por fuera. Ese niño fue amado por toda su gente desde el
segundo uno en que respiró nuestro aire, y al ir creciendo,
brotaron de él el respeto al ser humano y a sus derechos
fundamentales, el respeto a la naturaleza y a los animales.
Afortunado él, encontró el amor cuando sus grandes ojos se cruzaron
con los ojos brillantes de ella, fue ungido con la amistad y el amor
fraternal, y bendecido con un par de bellos hijos…
Pero, ¿qué
estoy diciendo? Yo no soñé nada de esto, esa persona existe y es
real, y sí, es mi primo Jorge y todos nos alegramos infinito de que
aquél día su madre feliz lo trajera a casa envuelto en una toquilla
que había heredado de sus hermanos Sonia y Miguel Ángel. Todos los
que lo conocen sienten un profundo orgullo por la clase de tipo que
es, por ser el hijo, el hermano que es, el tío, el padre, el
compañero de vida, el primo, el amigo…La mejor versión de sí
mismo.
Personas así las hay contadas, ¡qué
dicha!, en esta familia con él ya son varias.
No es de extrañar que fuera el último
en llegar a ese clan de cinco: la guinda del pastel, la estrella en
el árbol de navidad, la joya, el punto y final en un libro que
continúa en otros libros.
Para empezar te adoramos, Jorge, y a
partir de ahí, todo lo demás.
Para mis primos Jorge, Sonia y Miguel Ángel, con amor inmenso.
Escrito a finales de junio para la fiesta de aniversario de mi primo Jorge.
Un texto lleno de amor a tus primos y a la familia en general.
ResponderEliminarBesitos Meca!!
Mil besos, Alcántara y gracias por estar siempre ahí.
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